Cuando el ministro de justicia, Rafael Catalá presentó en el mes de febrero la reforma del Código Penal que incluye la polémica figura jurídica de la prisión permanente revisable, no esperaba una reacción tan furibunda ante una figura jurídica que existe en muchos ordenamientos europeos. El último movimiento en contra ha tenido lugar esta misma semana, cuando todos los grupos de la oposición, con representación en el Congreso de los Diputados, han recurrido la ley que reforma el Código Penal ante el Tribunal Constitucional al estimar que la prisión permanente revisable es, en realidad, una cadena perpetua encubierta que vulnera cuatro artículos de nuestra Constitución.
En su momento, el ministro, arropado por víctimas del terrorismo como Mari Mar Blanco y Daniel Portero y por el padre de Marta del Castillo, explicó las diferencias, a su juicio claras, entre la cadena perpetua y la prisión permanente revisable que propone el Gobierno. Rafael Catalá defendió la reforma de la legislación penal alegando que era algo demandado por la sociedad española, tal y como refrendaron con sus palabras Antonio del Castillo y Mari Mar Blanco.
Los críticos explican que las condiciones de revisión, en la nueva ley, son tan duras que convierten la etiqueta de prisión permanente revisable en un eufemismo de la cadena perpetua efectiva. Además, todos los partidos políticos con representación parlamentaria se quejan de que no haya existido ninguna voluntad de consenso en esta reforma del Código Penal, sino que el PP haya utilizado su mayoría absoluta para imponerse, una vez más. Incluso si alguien está a favor de penas más severas, debería haber algo de sentido común. No todo el mundo merece prisión, por ejemplo por infringir la ley sobre el juego u otros delitos menores.
Desde encuestamos.com hemos tomado el pulso a la actualidad, preguntando a ciudadanas y ciudadanos de las 50 provincias españolas, qué les parecía esta nueva pena de prisión permanente revisable. La encuesta nos deja varios titulares. Sólo un 17’3 % defiende las tesis que asemejan esta nueva figura penal con la cadena perpetua y, por tanto, se oponen frontalmente a ella. Mientras, una mayoría muy cualificada, el 47’5 % de los españoles encuestados, piensa que está muy bien, ya que así que los delitos graves tendrán una pena realmente acorde con los hechos que se juzgan. Parece por los resultados que el Gobierno del Partido Popular sí ha tomado correctamente el pulso a nuestra sociedad y acierta, en opinión de los ciudadanos, con la prisión permanente revisable.